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Foto del escritorEl 8vo

Un mundo deslumbrante y psíquico

Llegué al imponente Museo Rufino Tamayo, rodeado de los amplios jardines de la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, ubicado exactamente en Av. Paseo de la Reforma 51, Ciudad de México.

Detrás de sus puertas, se encuentra la extravagante exposición del artista y entomólogo Carsten Höller, el cual siempre ha destacado por representar la vida cotidiana en una mezcla lúdica y alucinógena.


Al llegar a la entrada del Museo, la exposición Sunday puede ser visitada de dos maneras:


De primera instancia, puedes recorrer los Decision Tubes, túneles hechos de cables de acero y poliéster que se posan en medio del recinto; subiendo y bajando en distintos puntos que te llevan de regreso a la exposición.


Si deseas aventurarte en este camino, ¡te hacemos una recomendación! La fila puede ser muy larga, por ello, busca llegar temprano para que te tomes tu tiempo para disfrutarlo y también las otras obras.


Por otro lado, en el mostrador del Museo se pueden comprar directamente los boletos, los cuales son gratis para estudiantes y maestros. Para el público en general, la entrada cuesta setenta pesos.


Después de comprar mi boleto, me encontré con las Six Sliding Doors: una pared de espejos. Estos se abrieron para mostrarme un camino lleno de puertas automáticas, donde mi única compañía fue mi reflejo asombrado y un par de paredes blancas.


La primera obra que me recibió, al entrar a la sala, fueron unos destellos impactantes, los cuales tintineaban al compás de los 1,152 focos que llenaban una gran pared. Light Wall te envuelve en el ambiente psicodélico deseado por Höller.


La sala no es enorme, pero está bien distribuida; puedes observar distintas obras, como una gran pared que sostiene distintos cuadros geométricos de colores vibrantes, un juego de platos que giran al tirar de una polea y particularmente, un montón de pastillas que caen cada segundo, haciendo alusión a su nombre: Pill Clock.

Fotografías de "Exposición Sunday", en Museo Rufino Tamayo por Marurcia Miranda, 2019.


El recorrido continúa al bajar una rampa que me llevó a una sala muy amplia. En ésta se encuentran nueve cuadros en lo más alto de la pared, los cuales buscan representan El Beso, obra del artista Klimt. A un lado, unas camas que se mueven muy lento, pero a su paso dejan un rastro de color rojo y azul en el piso.


Para finalizar el recorrido, me encontré de nuevo con la red de tubos, pero antes de salir de la exposición me coloqué un visor que ponía tu perspectiva de cabeza, ¡cuidado, marea un poco!


Ninguna de las obras cuentan con fichas de técnicas, el valor simbólico de las obras queda a la imaginación del espectador. Pero si deseas mayor información sobre los materiales de lo que ves, nuestra segunda recomendación es que tomes el panfleto que está en el mostrador.


La exposición es un poco corta, pero vale completamente la pena, ya que el artista cumple su objetivo: Envolverte en su mundo. Aunque, Höller busca que mires las obras desde un punto de vista sociológico, en ella se representan diferentes problemáticas, por ello, vale la pena tomarse el tiempo para admirarlas e incluso, ¡discutirlo con otra persona!


¡El 8vo queremos que te dejes envolver por tu propia intuición! Visita la exposición Sunday, estará en el Museo Tamayo hasta el próximo 30 de junio, conócela.

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