El 8vo: Tercera Edición
Crítica por Victoria SanFrey
La película del director emergente Max Zunino: Bruma, deja muchos cabos sueltos y no precisamente por el mensaje en el film.
La película cuenta la historia de Martina, una mujer en la segunda parte de sus veintes, quien se ve envuelta en un montón de dificultades: pierde su empleo, su mala relación con su madre, la ruptura de su noviazgo y finalmente, la noticia de estar embarazada.
Estas situaciones empujan al personaje a buscar respuestas en Berlín, donde su supuesto padre, a quien no conoce, vive.
La película Bruma pertenece al cine independiente. En esta ocasión Zunino optó por una propuesta más “exploratoria” donde la pre-producción de la película no se basó en un “guión propiamente escrito”, sino en una escaleta.
Otra de las propuestas, fue la espontaneidad en los espacios; el autor decide “enfrentarse a los escenarios que sucedían de manera natural”, adecuando la historia a los alrededores de Berlín. Y no sólo en los espacios, también los actores tenían que improvisar muchas de las secuencias.
Spoiler Alert: Les recomendamos a nuestros lectores ver la película antes de terminar este texto. A partir de aquí, hablaremos de datos clave sobre la película. Aquí te dejamos el link para ver el trailer.
La premisa de la película es la búsqueda de identidad. Martina (interpretada por Sofía Espinosa) está en un momento de su vida donde todo parece establecerse dentro de los parámetros sociales de la vida de la mujer en la Ciudad de México, una sociedad en evolución.
Su madre le consigue un trabajo, Martina tiene pareja y va a ser mamá. En este universo, las decisiones parecen obvias, pero Martina no está dispuesta a cumplir ese rol y huye, toma el siguiente avión a Berlín sin decirle más que a su mejor amiga y se va.
Las actuaciones combinan con el contexto, considerando que los eventos dentro de la película tienen ese toque espontáneo, también las actuaciones suceden así; incluso siendo parte de la premisa, considero que no se consolidan las ideas y al final, tenemos una historia por una parte, muy redundante y por otra con muchos huecos. Los diálogos entre los actores son muy naturales, incluso un poco vagos y predecibles.
Zunino aborda una problemática muy en boga: la libertad de las mujeres en la sociedad, qué tan libres somos de tomar decisiones sobre nuestros cuerpos, o sobre el rumbo de vida que deseamos tomar. Hay que rescatar eso de la película, la intención de exponer que incluso en una ciudad de la magnitud de ésta, aún se inclina hacia modelos de vida conservadores, sobre todo para las mujeres.
En cuanto a la propuesta artística, no hay mucho que rescatar. Los espacios son agradables en general, Berlín proporciona ambientes agradables, pero nada extraordinario. La propuesta de vestuario fue un fracaso, los actores usan la misma ropa durante todo el rodaje, esta es tan sólo una de las aportaciones que caen en un sin sentido, es conflictiva y aturde la temporalidad del film.
Martina es cleptómana, roba cosas insignificantes de los lugares a donde va. Supongo que el autor busca contradecir los modos de ser de la mujer, hacer una yuxtaposición, pero más que darle sentido, se vuelve otra pieza en el collage de elementos sin precedentes.
Hay tres chicas en disfraces de unicornio que sencillamente no dicen, ni explican, ni aportan nada a la película.
Todo apunta a que el padre de Martina es homosexual, ella da con él gracias a su expareja, quien afirma que Wim Maller, su padre, ha muerto.
Martina interactúa en gran medida con este personaje queer interpretado porDieter Rita Scholl, una artista trans muy particular; ellos se vuelven cercanos. El personaje es fundamental en la resolución del personaje, es su ejemplo más evidente sobre maneras de vida lejos de los estatutos.
Finalmente, este personaje confiesa que el padre siempre estuvo vivo “está muerto para mí” es el diálogo con el que le entrega el número de su padre.
En fin, la película tiene un montón de plot twist algo predecibles, como la muerte y luego la no muerte del padre, el novio que viaja a Berlín para buscarla y ella que al principio desea no tener al bebé, pero termina teniéndolo sin la contribución del padre.
Al final, la chica sólo rompe parcialmente con los roles comunes, y ese el el mensaje clave y por lo que podría volver a ver la película; porque no se trata únicamente de romper con los cánones, se trata de apropiarnos de nuestras decisiones como mujeres.
Un elemento que es bueno en su mayoría, es la foto. Hay mucha cámara en mano y eso también genera mucha tensión y expectativa. Hay una confinación entre planos muy cerrados en contraste con planos muy abiertos, finalmente es una película contemplativa y cumple con esa función.
Por último, el diseño sonoro de Sebastián Zunino no es nada del otro mundo, pero acompaña adecuadamente las secuencias. Zunino afirma que el film fue un ejercicio sobre reacción; reacción en cuanto a las decisiones del personaje, las adaptaciones de la escaleta en un ambiente como Berlín, y finalmente las reacciones que provocará en el espectador; a mí me deja un par de dudas, aún así Max Zunino parece un autor prometedor.
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